El volumen que el lector tiene ahora en sus manos trata de concretar las conexiones entre estas dos disciplinas aparentemente tan dispares, a partir de artículos diversos que enlazan las dos pasiones. Sus protagonistas son músicos y baloncestistas que tienen un pie en la cancha y otro en los escenarios de conciertos. A base de citas textuales o fotos de todos ellos, veremos cómo el jazz hizo mejor jugador a Kareen Abdul Jabbar; o de como el baloncesto convirtió en mejor cantante a Mick Jagger. Sabremos acerca de la relación de Bob Dylan con el básket o descubriremos las increíbles historias de Big Don, Woody Allen o Dirk Nowitzki o la extraordinaria vida de Manute Bol con apasionadas crónicas del partido en el que un gigante anotó 100 puntos. En estas páginas veremos desenvolver complicadas jugadas tácticas a Michael Jordan y Michael Jackson ; contemplaremos a Magic Johnson lanzar un pase sin mirar a Red Hot Chilli Peppers; admiraremos a Dennis Rodman ganándole el rebote a Pearl Jam; o como Prince y Grateful Dead se enfrentan en la cancha a LeBron James y Steve Curry.
Este libro trata de concretar las conexiones entre estas dos disciplinas aparentemente tan dispares. En él encontraréis artículos que enlazan mis dos pasiones, con especial hincapié en aquellos relatos que yo llamo la cara B de la historia: perdedores, aventureros, visionarios que tienen un pie en la cancha y otro en los escenarios de conciertos.
El libro está ordenado en cuatro apartados que se corresponden con los cuatro períodos de un partido. Cada cuarto contiene historias relacionadas con un género o estilo musical.
Oscar Quant (Sabín Fernández) Nació en Las Palmas en 1977 aunque siempre ha vivido en Galicia. Tres veces convocado con la selección Gallega y dos veces en concentraciones y clínics de la Federación Española de Baloncesto. Tras su retirada de las canchas, empuña una guitarra eléctrica y se dedica a dar rienda suelta a su pasión por el rock and roll, powerpop y soul. Con su grupo Quant (banda revelación Premios Popeye, Cáceres 2007) ha editado numerosas maquetas y tres discos. Sus numerosos conciertos le llevaron a tocar en The Cavern (Liverpool). Su otro proyecto musical, SkyhookS es considerada la primera basketroll band de la historia y con ellos fusiona sus dos pasiones: el baloncesto y la música. Activista cultural en su ciudad, ha dirigido un documental (A todo Filispim) y participado en videoclips y proyectos audiovisuales. También ha escrito artículos en fanzines y revistas contraculturales (Cidade Cretina, Cedece, La Felguera). Actualmente sigue soñando con jugar en los Ángeles Lakers y tocar en la E Street Band.