Ana es una niña muy inquieta y muy inteligente, quiere ser periodista. Tiene una hermana pequeña, Sol, una abuela, periodista también, que le regala una grabadora, un abuelo misterioso, y un padre y una madre. Hasta aquí todo parece normal. De pronto, comienzan a suceder cosas extrañísimas en su casa, Ana lo graba todo y hace unas crónicas fabulosas. Así descubriremos cómo se duerme a un león, cuánto vuelo puede tener una falda o hasta dónde llega una casa voladora... Eso y muchas otras cosas, claro.
A Mar Benegas (Riba-roja, 1975) le gustan las palabras, porque con ellas construye versos y cuentos, y con los versos y los cuentos, a veces, construye libros. También le gustan los gatos porque ronronean como si tuvieran un motor y fueran a salir volando en cualquier momento; y le gustan los niños y las niñas. Y no sabe muy bien el porqué, pero así es. Como le gustan mucho las palabras, los niños y los gatos, a veces lo mezcla todo: escribe cuentos de gatos infantiles, o versos que ronronean como niños, o escribe niñas que riman con gato... y así se pasa todo el día. Lucía Serrano (Madrid, 1983). Desde muy pequeña explica a aquel que quiera escucharla que, cuando sea mayor, va a trabajar haciendo cuentos. A los diez años decide que nadie, bajo ningún concepto, le quitará la imaginación. Y se promete a si misma defenderla con uñas y dientes. Cuando sale del instituto estudia Bellas Artes, donde disfruta de lo lindo. Más tarde coge un tren a Barcelona porque le han dicho que allí se hacen muchos libros. Se enamora del lugar, y allí se ha quedado, dibujando, y escribiendo cuentos, aprendiendo y disfrutando mucho.