Lo que sabe Alejandro

“Ya me cansé de que las personas mayores me digan que yo no sé nada de la vida, así que voy a escribir todo lo que he visto con mis propios ojos y oído con mis oídos. También anotaré todo lo que voy a pensar cada vez que me suceda o me encuentre algo interesante. Así, cuando me manden callar, sacaré la libreta llena de apuntes de mi vida y les demostraré que sí, que aunque sea un poco, yo sí sé de la vida y tienen que escuchar mi opinión. Con esta libreta voy a lograr cambiar el horrible color de las paredes de la casa y otras cosas importantísimas. Y me van a tener que oír”. Lo que sabe Alejandro es ya un clásico de la literatura infantil latinoamericana. Lleno de humor, ternura y profundidad, narra la vida de un niño de ocho años y medio que se cansa de que los adultos le digan que no sabe nada de la vida.

La obra tiene 99 capítulos de atractivo lenguaje, propio de niños despiertos e inteligentes, ávidos de saber y conscientes de su propia realidad.

Un gran regalo para cualquier niño de la edad del protagonista. Pero también para todo el mundo.

Descubrir el poder de la escritura para crecer, para sentir, para sanarse y soñar, para anhelar y transformar, para amar y decidir.

Con ilustraciones creadas con gracia y soltura por Luis Castro Enjamio.

Andrés Pi Andreu (La Habana, 1969) es escritor, pedagogo y editor. Ha publicado más de un centenar de libros de literatura infantil y juvenil, tanto de narrativa como de poesía. Además ha recibido premios por su obra como: el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil Edad de Oro, el Premio de la Crítica La Rosa Blanca, el Premio Apel·les Mestres de la Editorial Destino, el Premio White Ravens de la International Young Library en Múnich, la Medalla de Oro del Premio Nacional de Literatura Infantil Campoy-Ada, entre otros. Obras suyas han sido traducidas a varias lenguas.

Allá por el año 1962 se escuchó un grito en el Caribe. Nació Enjamio y su madre exclamó: ¡Uf, qué alivio! Enjamio de pequeño cazaba lagartijas en una barriada de La Habana para colgarlas como pendientes de sus orejas. También participaba en la guerra de las escupidas. Luego se hizo grande y marchó de la isla a un continente. ¡Vaya cambio! Pero los colores de su isla quedaron en él. Ahora ya no caza lagartijas, las dibuja para editoriales. Vive en Ibiza y tiene un extenso trabajo como dibujante ilustrador.