Agapito, como casi todo el mundo, vivía instalado en su zona de confort. Mantenía sus temores guardados cautelosamente en una sala remota del alma con la esperanza que, se mantuvieran allí hasta el final de sus días. Pero un hecho tan inesperado como inoportuno le obliga a afrontar su pasado. Un tiempo que, deliberadamente, mantenía en la zona oscura de su existencia.
Lunas de diciembre no es una novela de intriga, pero hay un misterio por descubrir. No es una trama histórica, pero refleja la sociedad en la cual vivimos. No es un argumento de amor y desencantos, pero está repleta de sentimientos. No es un relato místico, pero propone a través de una logia el sendero para alcanzar la plenitud. No es un libro de autoayuda, pero describe la superación del protagonista ante la adversidad. Y en definitiva, acabará siendo lo que el lector decida que sea.
Pelayo Balderas. No tiene interés quien sea yo. Aquello verdaderamente importante son las emociones que genere la lectura de esta historia. Porque, en realidad, serán precisamente los sentimientos despertados quienes acabarán dándote sentido a ti como lector y a mí como escritor. Constituirán el vehículo que nos va a unir sin necesidad de conocernos. Tejerán complicidades, o no lo harán. Pero en cualquier caso, algo habrá cambiado entre el antes y el después de conocernos a través de esta novela. Y por ello, me siento afortunado y os doy las gracias. Yo escribo y vosotros hacéis vuestras las palabras. No necesito más. Qué importa quien sea yo si sois los lectores quienes dais sentido a mi trabajo de escritor.