“Y ya está, solo vivir y ayudar a la familia”, decía Aziz en una entrevista. Es posible que esas dos palabras, solo vivir, sean la respuesta más clara y sincera. Sin embargo, detrás de la incómoda pregunta se esconde un derecho a menudo invisible. Solo vivir es un grito de valentía y esperanza, un grito por la lucha y el esfuerzo para lograr una vida mejor. Es un grito por el derecho a migrar. Miles de jóvenes han llegado a pueblos y ciudades de todo el mundo después de un largo viaje durante su infancia o adolescencia. Sin referentes familiares y persiguiendo un sueño que no ha resultado ser lo que imaginaban, lo han apostado todo para ejercer su derecho a la vida. Solo vivir es una recopilación de testimonios de estos viajes, de estas trayectorias. Una recopilación de procesos migratorios que duelen pero también empoderan, que alejan y sin embargo acercan. Diez historias más allá del estigma que alzan la voz y reclaman ser escuchadas.