La autora, su hija Mireya, a partir de recuerdos propios y del análisis de la abundante correspondencia mantenida por su padre con familia, amigos, colegas y personajes diversos, logra conformar la crónica de un músico esforzado y tenaz, que vive el arte como un verdadero sacerdocio.
Mireya nos deja un retrato humano de su padre. No solo musical. Lo retrata en soledad descifrando el canto de las aves o inspirándose en una fuentecilla.
Vida, muerte y música entrelazadas en este Andante en el que Mireya Soriano nos devuelve la figura de su padre en una obra que va más allá de la docta biografía para convertirse en un retrato emocionante del hombre, del músico y de su tiempo.