Bendita locura es la crónica de la música exquisita que se oculta bajo una piel amarga. Un viaje con muchos invitados: el surf, el hippismo, las adolescentes asesinas de Charles Manson, el Maharishi y docenas de notables habitantes de Los Ángeles, la ciudad de Hollywood y la falsedad. El grupo de rock protagonista de este libro es el más blanco y, al tiempo, el más negro. Los Beach Boys, geógrafos de California, una tierra que escenificaron como la Arcadia pop (camaradería, atardeceres eternos, gasolina barata y «dos chicos para cada chica»), han transitado, durante cuarenta años, por el lado más oscuro: disolución, batallas fratricidas, chifladuras, bancarrotas, autodestrucción y muerte. El líder del grupo, Brian Wilson, el niño eterno, el oído de Dios, un músico y productor único, no ha encontrado para sí mismo la armonía que sus canciones provocan en los demás.Víctima de los malos tratos de un padre corrosivo, las envidias de su familia y los manejos de agentes, ejecutivos y sicólogos sinvergüenzas, cayó en todos los pozos, desde la locura al consumo inmoderado de comida y todo tipo de drogas. Durante años fue el gran ermitaño, sólo interesado en las sábanas de la cama en la que vivía y las voces que escuchaba en su cabeza. Pese a todo, sembró ese camino doloroso con obras magnas, entre ellas la unánimemente considerada como mejor canción del pop, «Good Vibrations», y el elepé más trascendente de la historia, Pet Sounds.