Esta es una obra en la qual Miguel Gallardo, su autor, ha dado inteligente ubicación a un espectro creativo, que conlleva hermosas vivencias armonizadas en sus cuentos y en la totalidad de sus poemas, y en que por sobre la técnica rebuscada prefiere la fuerza del verbo capaz de transformarse, de acuerdo a la dirección del autor, en rítmica y cadenosa leyenda o estrofas rimadas con honesta armonía.Miguel Gallardo se identifica con claridad en sus valiosos sentimientos de amistad y de hombre agradecido, por ende en su país natal, Chile, vive dedicado al bien social, dedica más de un poema a quienes han sido amigos, a su esposa, a su madre, a su padre, a la profesora de su hija, y no olvida a su tío David, un hombre a quien no se dio nunca la oportunidad de decirle cuanto le quería y admiraba.Le conocemos com hombre de paz, pues nos ha hablado de paz y ha enjuiciado a los que se matan, y lo hace con insistencia.Penetra en el valle de la filosofía y nos da a conocer su legado dedicado a su hija Carolina al cumplir la mayoria de edad. Después de leerle con calma sólo podemos decir en silencio poético muchas gracias por haber escrito aquello que pensamos tantas veces y no nos hemos tomado el tiempo para decirlo o escribirlo.