Esta obra resume la trayectoria histórica de la sociedad aragonesa a lo largo del siglo XVIII en el marco de la progresiva extensión del mercado interior. Se examinan sucesivamente el crecimiento económico y de los intercambios, el desarrollo de capas de burgueses, jornaleros y pobres, la política social y su reflejo en una cultura provincial pero no provinciana que comprendía modelos de Ilustración distintos e incluso contradictorios. Para ello se detalla la amplia labor de la enseñanza, la acción cultural de la Sociedad Económica Aragonesa y la producción intelectual de los ilustrados, entre los que destacan personas como Ignacio Luzán, José de Azara, Igancio de Asso y Francisco Goya. El libro, a caballo entre la investigación y la síntesis, proporciona una apasionante interpretación de conjunto de la que fue edad de oro regional y uno de los casos de Ilustración más interesantes de la España del Setencientos.