Resulta un espejo de la propia vida del autor y de la sociedad que le rodea. Para ello decide combinar las composiciones de formas clásicas con los poemas en prosa, abriendo diferentes secciones en las que ese juego formal dota de unidad y ritmo interno al poemario.
Alberto Tesán: “Han pasado muchos años desde la publicación de mi anterior libro, pero sigo pensando que la poesía debe hacernos sangrar. Escribir tiene que ser un acto revolucionario contra nosotros mismos.”
De estilo realista, directo y con una gran carga de profundidad, aunque sin estar exento de un simbolismo depurado en cada entrega y un lirismo que no huye, en ocasiones, de tonos elegiacos.